martes, 20 de enero de 2015

LAS FLORES DE BACH


 


 

Por: Mtro. Jorge Heredia Sandoval

Introducción


Para la Ciencia reconocida, que concibe al cuerpo humano como una simple máquina funcionando por meras reacciones físicas y químicas, es imposible aceptar que un elemento pueda actuar lejos de estos dominios.  Por eso a la mayoría de los científicos les resulta inverosímil que las simples flores puedan tener algún efecto real en el cuerpo físico. Esta resistencia al cambio es comprensible en las personas comunes, pero los científicos debieran abrirse más a estas otras alternativas de curación.  Están obligados.

Hay muy pocas excepciones. Un ejemplo es Benveniste[1], un investigador moderno que, por cierto, también ha sido muy criticado. Sus estudios versan sobre la actividad de las sustancias en altas diluciones. Este científico propone que el medio básico de acción de las sustancias biológicamente activas (como neurotransmisores y demás mensajeros moleculares) es un campo electromagnético, algo así como una señal de radio. Esta visión se opone a la idea de que las moléculas "se pegan" físicamente a los receptores de las membranas celulares. Benveniste plantea que la acción de las sustancias ocurre en un campo energético y no en la materia misma de la molécula...  En cuanto más se abran estas líneas de estudio dentro de la Ciencia, más podremos saber cómo actúan las Flores de Bach, porque hoy por hoy el mecanismo preciso de sus efectos se desconoce. Hasta ahora estamos limitados a usarlas sin entender cómo nos curan.

Sobre el efecto de sus esencias florales, Bach escribió en 1934 lo siguiente:

“...determinadas flores, arbustos y árboles silvestres de un orden superior, tienen el poder de aumentar nuestras vibraciones humanas y dejar expeditos nuestros canales a los mensajes de nuestro Yo espiritual, inundar nuestra personalidad con las virtudes que nos son necesarias y de ese modo lavar los defectos (de carácter) que causan nuestros males. Como la buena música u otras cosas grandiosas capaces de inspirarnos, que están en condiciones de elevar nuestra personalidad y acercarnos más al alma.  De este modo nos brindan paz y nos liberan de los padecimientos.  No curan atacando directamente la enfermedad, sino invadiendo nuestro cuerpo con las bellas vibraciones de nuestro Yo Superior, ante cuya presencia la enfermedad se derrite como la nieve al sol". [2]

La Homeopatía como antecedente de la Terapia Floral de Bach.

El mismo Dr. Bach reconoce que su sistema se basa en el trabajo realizado por Hahnemann:

Paracelso y Hahnemann nos enseñaron a no prestar demasiada atención a los detalles de la enfermedad, sino a tratar la personalidad, al hombre interior, comprendiendo que si nuestras naturalezas espiritual y mental se encuentran en total armonía, la enfermedad desaparece.  La gran base de su edificio es la enseñanza fundamental, que jamás debe interrumpirse.

Luego Hahnemann descubrió cómo lograr esa armonía y encontró que podía revertir por potenciación la acción de ciertas drogas y remedios de la vieja escuela, así como otros elementos y plantas que seleccionó personalmente, de modo que la misma sustancia que provocaba envenenamientos y síntomas de enfermedad podía -en cantidades mínimas- curar esos mismos síntomas cuando se la preparaba de acuerdo con su método especial.

Así formuló la ley en la que “lo similar cura lo similar”: otro de los grandes principios fundamentales de la vida, y nos dejó continuar la edificación del templo, cuyos planos primigenios le habían sido revelados a él.

Y si continuamos con esta línea de pensamiento, la primera gran concepción a que arribamos es que la enfermedad misma se rige por la ley de “lo similar cura lo similar”, ya que es el resultado de una actividad errónea.

Es la consecuencia natural de la falta de armonía entre nuestros cuerpos y nuestras almas; y se rige por “lo similar cura lo similar”  porque es la misma enfermedad la que obstaculiza e impide que llevemos demasiado lejos nuestras acciones equivocadas, pero al mismo tiempo es una lección que nos enseña a corregir nuestro comportamiento equivocado y a armonizar nuestras vidas con los dictados de nuestras almas.

La enfermedad es el resultado de pensamientos y acciones erróneas, y cesa cuando actos y pensamientos son puestos en orden.  Una vez aprendida la lección del dolor, el sufrimiento y la desgracia, su presencia carece de propósito  y entonces desaparece automáticamente.

Eso es lo que Hahnemann intuyó al decir que “lo similar cura lo similar”.[3]

Por lo tanto hay que ver al sistema floral de Bach como una extensión de ciertos puntos de la homeopatía que ni Hahnemann ni los homeópatas que le siguieron hubieran podido realizar.

 Como adelantamos en la sección Bach y su Contexto, Hahnemann partió de la idea de que todo lo que existe  posee una fuerza vital cuyo desequilibrio puede causar una enfermedad. Este concepto evolucionó con Bach, quien  afirmó que la fuerza vital es “aquello que emana del alma”, y su interrupción o el “conflicto entre alma y personalidad”, pueden generar un desequilibrio responsable de la enfermedad.  Otro de los principios más importantes que Hahnemann retoma de Parecelso, y del mismo Hipócrates, es la famosa sentencia “Natura morborum medicatrix” o “La Naturaleza se cura por sí misma”.  Este concepto es fundamental para entender el enfoque que aplica tanto la Homeopatía como la Terapia Floral de Bach, aplicado tanto a su visión de salud y enfermedad como a la curación.  Al pensar que la Naturaleza tiende a curarse, estamos afirmando de manera implícita que la salud es  un estado en movimiento, en evolución. Y si  la enfermedad lleva consigo una “enseñanza” para el organismo que la sufre, el medicamento debe ayudar a la fuerza vital a restaurar el desequilibrio, que puede ser o bien dándole fuerza o bien quitando el bloqueo. Las Flores actúan por excelencia para “eliminar el bloqueo”.

Otra de las ideas de mayor influencia sobre la Terapia Floral de Bach, es la ley entre semejantes: “lo similar cúrese con su semejante” o “similia similibus curantur”, signfica que aquella sustancia que produce signos y síntomas en el hombre aparentemente sano cura esos mismos signos y síntomas en el hombre enfermo.

En la Homeopatía se le da mucha mayor importancia al paciente,  porque “no hay enfermedades sino enfermos”, principio conocido en esa medicina como “individualidad morbosa”. Para Bach, cada paciente es único y es más importante a tratar el estado presente del individuo.  Sin embargo, Bach indagó mucho más que Hahnemann en la función que tiene la enfermedad dentro del proceso de vivir del Hombre.  Para Bach, cada ser humano tiene una función y la enfermedad es una “ayuda en el camino".

Por último, tanto Bach como Hahnemann buscaban un método de curación que no fuera agresivo al paciente ya que :

“La curación ideal consiste en restituir la salud de manera rápida, suave y permanente, o sea en extirpar y aniquilar la enfermedad en toda su extensión por el camino más breve, seguro e inofensivo,, en base a principios fácilmente comprensibles.”[4]

Los principios propuestos por Bach

1.  El hombre posee un alma que es su ser real. Esta es la verdadera esencia de nuestra evolución. De adultos, los seres humanos pierden esa capacidad natural de escuchar los dictados del alma. El poeta Rumi, (1207-1273 d.c.)  dice en su libro Fihi Ma Fihi (En Esto lo que está en Eso) :

“Nosotros hemos ofrecido el Depósito a los cielos, a la tierra y a las montañas que lo rehusaron y tuvieron temor. Mientras tanto el hombre que lo lleva es prevaricador e ignorante”[5].

 

“Tú eres más precioso que el cielo. 

¿Qué puedo hacer?, tu ignoras tu propio valor”[6]

El hombre tiene un alma,  y de escucharla, podría realizar hazañas tan grandiosas como las expresiones más potentes de la Naturaleza. 

2.  Nuestra vida terrenal es útil para darnos la posibilidad de conocer y experimentar.  No olvidemos que la vida terrenal es transitoria: se nos dio  para aprender lo que desconocemos,  para desarrollar nuestras virtudes.  El destino y el contexto de un individuo son preconcebidos,  elegidos por el alma desde antes de nacer.  Es un diseño que actúa más allá de nuestra lógica, realizándose como un proceso perfecto.   Hellinger expresa lo mismo así:

“Existe una sensibilidad para el destino, la vocación, o la tarea de cada uno.  Esa sensibilidad toca el núcleo más íntimo de la persona;  se encuentra más allá de la conciencia. Quien está en concordancia con esta intuición, se siente tranquilo.

Cuando la persona no respeta ese destino, por ejemplo rechazando una tarea que se le presenta, por que le parece difícil, se rompe algo en el alma.  En cambio, sí asume la tarea, está en concordancia aunque sea difícil”

 

3.  La vida de un individuo es sólo un momento en nuestro camino hacia el desarrollo, y no termina con la muerte.   Según Rumi, el hombre pasa por diferentes estadios: desde un estado mineral, pasando por una vida vegetal, luego un estado animal, para llegar después al del hombre. Y ni aún aquí se detiene la evolución. Entonces, ¿por qué temer a la muerte?

 

4.  La causa de la enfermedad y el sufrimiento es el conflicto  entre la personalidad y el alma. Cuando la personalidad se niega a seguir los dictados del alma, cuando nos desviamos del camino de nuestra propia de evolución, el alma pide la ayuda de lo que Rumi llama “soldados de Dios”, que es el sufrimiento. Sólo así el individuo puede retomar el camino. Es el camino que corresponde a cada quien. Lo que para algunos es miel,  para otros puede ser veneno.

 

5.  Para Edward Bach, todo está interconectado. El mundo es un todo creado por el Amor donde cada pequeña parte tiene una función en la unidad. Las partes no pueden separarse unas de otras y por eso, toda acción contra nosotros mismos o en contra de otros se reflejará, tarde o temprano, en el conjunto.

 

“La falsa imaginación enseña que la luz y oscuridad, lo largo y lo corto, lo negro y lo blanco, son diferentes, y deben ser excluyentes. En realidad, no son independientes unos de otros, sólo son diferentes aspectos de la misma cosa.  Son términos de relación, no de la realidad.  Las condiciones de existencia no son de un carácter mutuamente exclusivo. Incluso los mundos de la vida y la muerte, de Nirvana y Samsara, son aspectos de la misma cosa, ya que no hay Nirvana excepto donde hay Samsara, y no hay Samsara excepto donde hay Nirvana.  Toda dualidad es falsamente imaginada.”

Budismo

Concepto de salud y enfermedad según Bach


“La enfermedad no será curada o erradicada jamás por los actuales métodos materialistas, por la simple razón de que su origen no es material”

Bach: Cúrate a Ti Mismo

La enfermedad es fruto de un conflicto entre el alma y la personalidad. Es la lucha entre la voluntad de transformación y la voluntad de conservación inherente en el ser humano.  Al hablar curar una enfermedad,  Bach no sólo propuso  eliminar el síntoma del paciente, sino también cambiar las perspectivas del enfermo para que  “ayuden al cuerpo físico a recuperar fuerzas, y ayuden a la mente a serenarse, a ensanchar su campo y a buscar la perfección, trayendo paz y armonía a toda la personalidad”.

La salud, por tanto, consiste en lograr que la personalidad y el alma actúen armónicamente con nuestra voluntad; y que la personalidad ayude al alma a cumplir su propio destino.  Esta consciencia nos llevaría según Bach a ser fuertes, sanos, alegres y dirigidos por el amor,  nos llevará a actuar en unidad y armonía con nosotros mismos.

1) Ver Benveniste www.bigibio.com

2) Scheffer (1992) pp 18

[3] Bach 1993

[4] Hahnemann (1996) pp 77

[5] Rumi traducción de  Arberry (1961)

[6] ibid pp 33


Luz para todos
www.centro-crea.com
zona norte (Tlalnepantla)
Zona sur (Tlalpan)
consultas: 53697733
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario